martes, 24 de mayo de 2011

Memoria litúrgica de la Bienaventurada Virgen María, Auxilio de los Cristianos: El Papa pide que recemos por la Iglesia en China

Al final de la Audiencia General del pasado miércoles, Su Santidad el Papa Benedicto XVI oró por la Iglesia en China, y pidió a los católicos que nos uniéramos a su oración hoy:

"El martes, 24 de mayo, es el día dedicado a la memoria litúrgica de la Bienaventurada Virgen María, Auxilio de los Cristianos, venerada con gran devoción en el Santuario de Sheshan en Shanghái: toda la Iglesia se une en oración con la Iglesia que está en China".

La devoción a María Auxiliadora, Ayuda de los Cristianos, no surgió con San Juan Bosco, que fue su gran impulsor, sino que se remonta al año 345, según el testimonio de San Juan Crisóstomo, Obispo de Constantinopla. La fecha establecida para la devoción, sin embargo, tuvo su origen en 1814, cuando el Papa Pío VII fue desterrado de Roma por Napoleón. Al volver del destierro el 24 de mayo, el Papa atribuyó su liberación a la intercesión de la Santísima Virgen, estableciendo ese día su memoria litúrgica.

Oración a la Santísima Virgen María, Auxilio de los cristianos,
venerada en el Santuario de Sheshan, Sanghái (China):


“Virgen Santísima, Madre del Verbo Encarnado y Madre nuestra,
venerada con el título de 'Auxilio de los cristianos' en el Santuario de Sheshan, a la que se dirige con devoción toda la Iglesia en China, hoy venimos ante ti para implorar tu protección.


Mira al Pueblo de Dios y guíalo con solicitud maternal
por los caminos de la verdad y el amor, para que sea siempre
fermento de convivencia armónica entre todos los ciudadanos.


Con el dócil 'sí' pronunciado en Nazaret tú aceptaste que
el Hijo eterno de Dios se encarnara en tu seno virginal
iniciando así en la historia la obra de la Redención,
en la que cooperaste después con solícita dedicación,
dejando que la espada del dolor traspasase tu alma,
hasta la hora suprema de la Cruz, cuando en el Calvario permaneciste erguida junto a tu Hijo, que moría para que el hombre viviese.


Desde entonces llegaste a ser, de manera nueva, Madre
de todos los que acogen a tu Hijo Jesús en la fe y lo siguen tomando su Cruz.


Madre de la esperanza, que en la oscuridad del Sábado Santo saliste al encuentro de la mañana de Pascua con confianza inquebrantable, concede a tus hijos la capacidad de discernir en cualquier situación, incluso en las más tenebrosas, los signos de la presencia amorosa de Dios.


Señora nuestra de Sheshan, alienta el compromiso de quienes en China, en medio de las fatigas cotidianas, siguen creyendo, esperando y amando, para que nunca teman hablar de Jesús al mundo y del mundo a Jesús.


En la estatua que corona el Santuario tú muestras a tu Hijo
al mundo con los brazos abiertos en un gesto de amor.
Ayuda a los católicos a ser siempre testigos creíbles de este amor,
manteniéndose unidos a la roca de Pedro sobre la que está edificada la Iglesia.


Madre de China y de Asia, ruega por nosotros ahora y siempre.
Amén”

Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, intercede por tus necesitados hijos de China, lugar de martirio para los que se consideran hijos de Dios. Amén.

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