miércoles, 5 de diciembre de 2007

Liturgista tergiversa Motu Proprio

El director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Liturgia de la Conferencia Episcopal Española, Juan María Canals Casas, cmf, escribió una increíble "Carta" sobre el Motu Proprio "Summorum Pontificum", cuyo título es "A propósito del regreso a la "Misa Preconciliar", que puede leerse completa en la web de la Conferencia Episcopal Española (aquí), o en la Revista Ecclesia (aquí), de la que transcribo algunas frases que comentaré más adelante:

"...la carta prevé la posibilidad de replantear la cuestión dentro de tres años, si surgieran especiales problemas en la aplicación de este Motu Proprio".

"No hay muchas cosas nuevas en este documento papal. Muchas de sus disposiciones estaban ya en vigor tras "Ecclesia Dei adfflicta".

"La antigua forma nunca fue "abrogada". Algunos piensan que sí lo fue. Éste ha sido hasta ahora un punto debatido".

"Lo que sí es evidente es que ningún sacerdote puede ser obligado a celebrar con el misal de 1962".


"Resulta llamativo que la responsabilidad que antes recaía en el Obispo diocesano ahora se desplace sobre el párroco".

"...será empobrecedor abandonar la oración de los fieles y volver a la única plegaria eucarística, el Canon romano...".

"...donde la misa celebrada en su forma ordinaria se haga bien, no habrá tentación de pasar a la forma extraordinaria".

Esta Carta trasluce una preocupante muestra de desobediencia al Santo Padre, lo cuál es paradójico porque son precisamente los prelados que, más o menos encubiertamente, rechazan la aplicación de las disposiciones de este Motu Proprio (y en general la celebración de la Misa tridentina), quienes más incapié hacen en el carácter cismático de la Sociedad de San Pío X (los "lefevbristas), y por tanto destacando su "desobediencia", precisamente para rechazar la celebración según el Misal de San Pío V.

Es preocupante que señale como una "tentación" celebrar la Misa según su forma extraordinaria, es decir, la de S. Pío V, según el misal de SS. Juan XXIII de 1962.

En este escrito salta a la vista que le molesta especialmente que hayan quitado a los obispos la potestad de decir "no" a la Misa de San Pío V. En referencia a este punto y a lo apuntado por Canals, hay que señalar que no es verdad que el actual Motu Proprio no suponga gran diferencia al de 1988 "Ecclesia Dei adflicta", pues como recuerda el Papa, en ella se hacía una apelación a la "generosidad" de los Obispos, que no se dio en muchos lugares.

En cuanto al resto de lo expuesto en la Carta, analicemos y aclaremos varios puntos:

Benedicto XVI liberaliza la Misa tridentina y emplaza a los Obispos a remitir en tres años las dificultades que pudieran surgir para darles solución. En este sentido Canals tergiversa las palabras del texto para afirmar la posibilidad de que la liberación de la liturgia tenga vuelta atrás.

Invierte argumentos del documento pontificio hasta llegar a afirmar que "ningún sacerdote puede ser obligado a celebrar con el misal de 1962", lo cuál no es verdad, pues el texto del Motu Proprio dice claramente:

"En las parroquias donde hubiere continuamente un grupo de fieles adheridos a la tradición litúrgica previa, reciba el párroco con largueza las peticiones para celebrar la Santa Misa según el Rito del Misal Romano editado en 1962".

O sea, que el sacerdote sí está obligado a oficiar según el Misal de SS. Juan XXIII, porque así lo establece el Santo Padre para proteger los deseos de los fieles, ya que como Vicario de Cristo el sacerdote le debe obediencia.

Además de lo dicho, hay que aclarar otros puntos que se derivan de lo expuesto por Canals:

- Los fieles no concelebran la Misa: es el Sacerdote quien lo hace.

- La oración de los fieles sobra en la liturgia tridentina.

- Para que los fieles tengan más instrucción se pueden ofrecer cursillos de religión.

- Ante su "preocupación" de perder la lectura del Antiguo Testamento, puede organizar cursillos parroquiales y no esperar el ciclo de tres años para que los fieles lean la Biblia completa según el leccionario.

- Además, con una homilía dominical los fieles tampoco van a aprender sobre el Antiguo Testamento y los Salmos, a no ser que den cursillos y lean por su cuenta.

Por lo tanto, ese tópico de la "preocupación" es sólo una mala excusa.

Por último, resta señalar que es preocupante la actitud de ciertos "responsables de liturgia", a pesar de lo cuál la Misa de S. Pío V sigue reimplantándose cada vez en más parroquias, y va en aumento. Sin prisa, pero sin pausa.

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